Este término, que se traduce como asignación o distribución de activos, consiste en crear una estrategia de reparto de las inversiones entre las diferentes clases de activos que componen una cartera de inversión. Es decir, se trata del proceso por el cual se decide qué cantidad de dinero se destina a renta fija, renta variable, activos inmobiliarios, sectores industriales, países… El objetivo es equilibrar de la mejor manera posible el riesgo y el retorno de una cartera. De este modo, se confecciona una cartera equilibrada y se maximiza el rendimiento de la inversión.
Para definir esta estrategia y saber qué proporción o porcentaje de dinero destinarás a renta variable, renta fija, etc., existent dos factores clave que serán la duración de la inversión y el perfil de riesgo. También se tiene que tener en cuenta el objetivo de inversión (qué es la meta: las próximas vacaciones, los estudios universitarios, la jubilación…) y la expectativa de rentabilidad. Cada inversor tendrá su propia estrategia de asignación de activos, dependiendo de su situación personal, las preferencias y, por supuesto, también de la coyuntura económica. En función de esta última, y a medida que te acercas al objetivo de inversión, se tiene que revisar la asignación de activos para modificar los porcentajes con los ajustes que fueran necesarios con el fin de mantener el equilibrio y volver a disponer de un asset allocation óptimo.
Principales activos de inversión
Existen muchos activos a los cuales dirigir la inversión, aunque la mayoría de los inversores se limitan solo a unos pocos. Los más usados suelen ser: renta variable, renta fija, divisas, materias primas y sector inmobiliario.
Proceso del asset allocation
Consta de tres fases:
- Selección de los activos: elegir el activo en el cual invertir y seleccionar, si procede, la subdivisión (por ejemplo, qué mercados elegir dentro de la renta variable).
- Combinar estos activos de forma que se adapten a nuestros objetivos y tengan en cuenta nuestras limitaciones como inversores. Hay que considerar el horizonte de inversión y el riesgo que estemos dispuestos a asumir.
- Gestionar la combinación a lo largo del tiempo. Es decir, atender la situación que vive cada activo en un momento determinado para decidir si tenemos que subir o bajar el porcentaje que tenemos invertidos en ellos.
Del mismo modo que la diversificación, la asignación de activos financieros o asset allocation tiene como objetivo equilibrar y compensar el riesgo de las diferentes aportaciones y el retorno que puede obtenerse de ellas para evitar grandes pérdidas y maximizar los beneficios.
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