Los fondos de inversión son unos de los instrumentos más habituales a la hora de invertir por la gran diversidad de tipologías que ofrecen, ya sea según el perfil de riesgo, en función de la estructura del fondo o por el sector en el que invierte. Pero también se tiene que tener en cuenta que ofrece grandes ventajas en su tributación.
El diferimiento fiscal de los fondos de inversión
El diferimiento fiscal es otra de las mejores maneras de aprovechar las ventajas de la tributación en los fondos de inversión, es decir, la posibilidad de retrasar el pago de impuestos. La normativa española establece que los inversores no tienen que pagar impuestos mientras el dinero permanezca en el fondo de inversión o si se traspase a otro fondo. Únicamente se pagan impuestos si se recupera el dinero con la venta de participaciones.
Por eso, el diferimiento fiscal hace que los inversores ganen más dinero, puesto que los beneficios obtenidos gracias al fondo de inversión se reinvierten. Aquí entra en juego el interés compuesto, por el cual los intereses generados por el capital inicial se añaden al total de la inversión para generar nuevos intereses.
Fiscalidad de los traspasos de fondos
Otra ventaja a tener en cuenta es la figura del traspaso entre fondos. El traspaso entre diferentes fondos está exento de tributación, por lo cual se puede mover el dinero de un fondo a otro sin tener que tributar. No importa que se hayan obtenido beneficios o pérdidas.
Deducciones aplicables de los fondos de inversión
La posibilidad de deducirse algunos gastos relacionados con la inversión en la declaración de la renta es otra ventaja. La Ley del IRPF permite deducirse de los gastos de administración y depósito que haya cobrado la gestora del fondo.
La compensación de beneficios
Pero en algunos casos, no se obtienen ganancias con los fondos de inversión. Puede ocurrir que, al retirar las participaciones, un inversor haya perdido parte del dinero invertido en su momento. En este caso, la ley del IRPF permite al ahorrador compensar las pérdidas generadas por un fondo de inversión con las ganancias obtenidas en los cuatro años siguientes en fondos u otros activos, como las acciones. También se pueden compensar las pérdidas con el saldo positivo procedente de otras fuentes como los rendimientos del capital mobiliario, como los intereses de las cuentas bancarias o el cobro de dividendos.
Los beneficios no afectan la base de imponibles de la declaración de la renta
Una vez se ha retirado la participación, el pago de impuestos de un fondo de inversión se realiza a través de la declaración de la renta. Los impuestos se pagan únicamente sobre las ganancias obtenidas, puesto que el patrimonio invertido no se ve afectado por esta tributación. La ganancia o pérdida patrimonial se calcula como la diferencia entre el valor de adquisición de las participaciones y el valor de transmisión final, según la Ley del IRPF. Las ganancias patrimoniales conseguidas por los fondos de inversión no se suman en la base imponible general de la declaración de la renta, donde se incluyen los rendimientos del trabajo (salario, pensión, paro…) y los rendimientos de actividades económicas (autónomos). Esto supone otra ventaja de los fondos de inversión, puesto que no aumenta el tipo marginal.
Retenciones fiscales de los fondos de inversión
Los impuestos a pagar por las ganancias obtenidas por los fondos de inversión se dividen en tramos, igual que ocurre con los rendimientos de trabajo. Estos son los tramos de tributación de los fondos de inversión:
- Hasta 6.000 euros 19%
- Entre 6.000 y 50.000 euros 21%
- Entre 50.000 y 200.000 euros 23%
- Más de 200.000 euros 26%
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